Los faros son un patrimonio cultural y arquitectónico de gran valor. Más aún si pensamos en la importante función que cumplen. Sus luces nos guían por un paisaje sobrecogedor.
El faro más al norte del destino y, además, más septentrional de la Península, es Estaca de Bares (Mañón). Fue el primero del país en encenderse, en 1847. Cerca del faro hay un observatorio ornitológico y el Semáforo, una antigua señal marítima convertido en hotel. También se conservan los restos de una antigua base militar estadounidense.
Siguiendo hacia el sur, el faro Cabo Ortegal (Cariño). Frente a él, los Tres Aguillóns. Son tres peñascos afilados, un capricho de la naturaleza que maravilla a los visitantes. En el municipio de Cedeira, accesible a través de un camino descendiente con hasta diez curvas, llegamos al faro Punta Candieira.
El faro de Punta Frouxeira, también conocido como faro de Meirás (Valdoviño), es uno de los últimos en construirse en Galicia. De estilo vanguardista, es totalmente distinto a cualquier otro. A sus pies aún se pueden ver los túneles de una antigua base militar.
En Ferrol, nos encontramos con dos faros. Desde Cabo Prior, en Covas, podemos divisar la inmensidad de la ría de Ferrol. El otro es el faro de Cabo Prioriño, a la entrada de la ría. Es un centro de interpretación y en el entorno hay un mirador ornitológico.