Ferrol es la ciudad de los contrastes. La ría que lleva su nombre, sus calles medievales, las construcciones militares y los castillos fortificados.
La ciudad se construye en su relación con el mar. A su orilla nacen los astilleros. La construcción de grandes barcos es la actividad que caracteriza a Ferrol desde el siglo XVIII. Se convierte entonces en una ciudad industrial, a la vanguardia de la modernidad.
Su tradición militar e industrial aún pervive en el emblema de la ciudad, el Arsenal, que todavía es utilizado por la Armada española. En él encontraremos numerosos elementos catalogados como Bienes de Interés Cultural.
Otra construcción militar de la ciudad, y principal atractivo turístico, es el castillo de San Felipe. Situado a la entrada de la ría para controlar el tráfico marítimo, el edificio de piedra que hoy observamos data del siglo XVIII, aunque la construcción primitiva es de dos siglos antes.
En el centro de Ferrol encontramos otros edificios emblemáticos. Por ejemplo, el Parador Nacional de Turismo, una mansión señorial de aire marinero, y el Teatro Jofre, una de las obras de arquitectura teatral más importantes de España.
Sin embargo, Ferrol también es naturaleza. Basta con alejarse del núcleo urbano para descubrir playas espectaculares, casi vírgenes, como Doniños.
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